La chute de Verdun, une nouvelle uchronique d’Axel Robert, traduite en espagnol.

Traducción de la Première L du texte original d’Axel ROBERT

Qué hacen los refuerzos ? Ya hace cinco días que los necesitamos y que los pedimos. No podemos ni retroceder y ni rendirnos, sino, sea de nuestros aliados o de los Alemanes que recibiremos plomo.

Yo, Jean Flantier, ayudante jefe granadero de la gendarmería de París, afectado en Verdún desde los primeros bombardeos, nunca odié ni quise tanto los fusiles desde el veintiuno de febrero de mil novecientos dieciseis. Esas armas les quitan la vida a nuestros compañeros pero también a nuestro enemigo.

Qué estás haciendo, Flantier ?

Ah, Martin ; yo pensaba sólo en voz alta mientras afilaba mi bayoneta embotada.

Sí, haces bien : el capitán hizo sonar la formación, deberías venir antes de que te eche

su casco a la cara.

¡Afirmativo ! Y entonces, dónde estáah, ahí están.

Si os junté a todos aquí, es para informaros de algo que viene de arriba. París nos dice

que a pesar de la importancia de Verdún, ellos preven la llegada de fuerzas enemigas

más importantes sobre otros frentes. Al por mayor, somos los últimos en Verdún, 62 contra 2000 por lo menos. Prefiero deciros que eso va a ser una tensa situación. Pero es imposible, a 62 contra 2000, eso va a acabar como en la hacienda de Camerone, los 62 legionarios contra 2000 jinetes Mexicanos.

Pues sí, Monnier, y vamos a hacer lo mismo. Sabemos que la muerte está ahí, luchamos

por Francia e intentamos ganar tiempo a los demás más lejos atrás.

Tienes razón Monnier, pero tienes que decirte que somos 62 contra 2000, cada uno

tiene al menos 30 balas por fusil individual, tecnicamente, podemos matar a 1860

alemanes sin contar con las bayonetas en combate próximo o durante las expediciones nocturnas de los vaciadores de zanjas.

De acuerdo, Flantier, pero este cálculo funciona en los dos sentidos, excepto que con su

número, podrían progresar hasta París.

En ese momento, yo acababa de darme cuenta de que con este punto de vista, tenemos seguramente como perdida la guerra. Pero, era imposible abandonar. Haremos todo lo posible para que eso no llegue.

Es tarde ya y no somos de guardia. Vamos a descansar. Un soldado cansado es un

soldado muerto.

Tienes razón, Flantier.

¡De pie ! Los alemanes lanzaron el asalto. ¡Vamos, soldados, ánimo ! ¡Devolved a los

alemanicos a Berlín con una cruz de madera ! ¡Mierda, obuses ! ¡Al suelo !¡ No !

Mataron a Monnier, Flantier, escóndete

Y fue demasiado tarde, los bombardeos les mataron a todos, los alemanes progresaron y

tomaron París. 30 aňos más tarde, toda Europa habla alemán.

 

Merci à Sandra FEDE et aux élèves de la Première L pour la traduction de l’espagnol au français.

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